Podemos observar muy claramente en nosotros mismos la actividad de la mente superficial con su
preocupación por la subsistencia, y su conocimiento técnico, científico, adquisitivo. Uno puede observarse siendo competidor en la oficina, puede ver las operaciones superficiales de la propia mente. Pero hay partes ocultas que no han sido exploradas porque no sabemos cómo hacerlo. Si deseamos exponerlas a la luz de la claridad y de la comprensión, leemos libros que nos hablan de ellas, o acudimos a algún analista o filósofo. Pero no sabemos cómo mirar las cosas por nosotros mismos; aun cuando seamos capaces de observar la actividad externa y superficial de la mente, estamos aparentemente incapacitados para mirar en esa cueva profunda y secreta en la que está contenido todo el pasado. ¿Puede la mente consciente con sus positivas exigencias y aseveraciones mirar en las capas más profundas del propio ser? No sé si han tratado de hacerlo alguna vez, pero si lo han hecho con suficiente insistencia y seriedad, habrán encontrado ustedes mismos el vasto contenido del pasado, la herencia racial, las imposiciones religiosas, las divisiones, pues todas esas cosas están escondidas allí. La expresión ocasional de una opinión se origina en esas acumulaciones del pasado que se basan esencialmente en el conocimiento y la experiencia pasada, con sus diversas formas de conclusiones y opiniones. ¿Puede la mente mirar dentro de todo esto, comprenderlo y trascenderlo de manera que no exista división alguna?.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .