No ha de extrañar que los tres discípulos del hombre nuevo, al verlo así radiante

de gloria, estén fuera de sí y uno de ellos le diga: Señor, aquí estamos muy bien. Hagamos, si te parece bien, tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elias, y, cuando la nube quita de su vista este ternario superior y se hace oír la voz que sale de la nube, no debe sorprendernos que los tres discípulos caigan al suelo, con el rostro contra la tierra, presas del miedo. Pero el hombre nuevo se acercará a ellos, los tocará y les dirá: levan- taos y no temáis, y ellos levantarán los ojos y ya no verán nada más que al hombre nuevo, porque el ternario superior no puede permanecer en la tierra.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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