El hombre que cree es un hombre cerrado: sus ventanas y puertas están cerradas, vive
en una especie de prisión. Tiene que vivir en una especie de prisión; si abre las ventanas y las puertas y entra el sol y entra el viento y entra la lluvia, es posible que sus sistemas de creencias se perturben. Si la verdad entra por todos los lados, le resultará imposible proteger su creencia. Tiene que esconderse de la verdad; tiene que vivir en un mundo acotado, sin ventanas, para que nada le perturbe, para que pueda seguir creyendo, sin perturbaciones. Esto es bueno para la sociedad, pero muy arduo para la salud del individuo.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .