Así es como fracasan las revoluciones. La primera razón: porque lo intentamos por el lado
erróneo. Segundo: una vez que ha triunfado una revolución, tenemos que destruir a los revolucionarios, porque los revolucionarios son personas peligrosas. Han destruido la primera sociedad, destruirán la segunda..., porque son adictos a la revolución. Solo conocen una cosa, solo son expertos en una cosa: en derrocar gobiernos. No les importa qué gobierno sea. Su única experiencia y su único poder consiste en derrocar gobiernos. Una vez que triunfa la revolución, la primera tarea de las personas que llegan al poder es destruir a todos los revolucionarios que quedan... ¡Y han triunfado gracias a ellos! De manera que toda revolución se convierte en contrarrevolución, porque las personas que las han llevado al poder son personas más peligrosas. Intenta comprenderlo. La mente de un revolucionario es una mente destructiva: solo sabe destruir, no sabe crear. Es muy capaz de incitar a la gente a la violencia, pero es absolutamente incapaz de ayudar a la gente a calmarse y aquietarse e ir a trabajar y crear. No conoce ese lenguaje: ha sido un revolucionario toda su vida; su único trabajo, su única habilidad era provocar a la gente, destruir. Solo conoce ese lenguaje y no puedes esperar que cambie todo su patrón de vida al final de su vida. De manera que los que están en el poder tienen que destruir a todos los revolucionarios restantes. Toda revolución mata a sus propios padres, hay que hacerlo, y una vez que ha matado a sus padres, la revolución se ha convertido en una contrarrevolución. Ya no es revolucionaria, es contrarrevolucionaria. Acaba de suceder en India. Jayprakash Narayan dirigió un gran levantamiento; ayudó al país a cambiar de gobierno. Y las personas que llegaron al poder, Morarji Desai y otros, llegaron al poder gracias a Jayprakash Narayan. Pero una vez que llegaron al poder empezaron a salirse de las manos de Jayprakash Narayan. Empezaron a restringirle. Se asustaron: «Este hombre es peligroso y este hombre tiene influencia sobre las masas; puede resultar ser un gran problema de nuevo. Hay que restringir a este hombre, hay que restringirle absolutamente.» Esto sucedió cuando expulsaron del país al gobierno británico. Mahatma Gandhi fue el hombre que lo hizo. Una vez que el poder llegó a manos indias, empezaron a arrinconar a Mahatma Gandhi. Sus últimas palabras fueron: «Nadie me escucha. Soy la persona más inútil.» Y las personas que estaban en el poder estaban en el poder gracias a él, pero nadie le escuchaba. Existen todas las sospechas de que las personas que él había puesto en el poder estuvieron involucradas en su asesinato, directa o indirectamente. Quizá no estuvieran implicadas directamente, sino indirectamente: eran perfectamente conscientes de que iba a ser asesinado pero no tomaron ningunas precauciones. Esto es apoyo indirecto. Morarji Desai estaba en el poder. Le informaron de que estaba en marcha alguna conspiración, pero él hizo caso omiso de ello, como si en el fondo todos quisieran deshacerse del Mahatma, porque ahora constituía una continua dificultad debido a que tenia la vieja idea, continuó de la misma manera, tenía su vieja pericia. Siempre había estado en contra del Gobierno; todavía estaba en contra del Gobierno. Ahora el Gobierno era suyo, pero seguía diciendo cosas, criticando, y el Gobierno se sentía muy abochornado. Todos se sintieron aliviados. Aunque todos lloraron, gimieron y dijeron «Ha sucedido una gran desgracia», en el fondo todos se sintieron aliviados. La situación es la misma con Jayprakash Narayan: ahora se siente absolutamente arrinconado, no le importa a nadie. De hecho, la gente que está en el poder estará rezando que estaría bien que se muriese pronto. Y está muy enfermo; la mitad de la semana está en diálisis. No puede trabajar, su cuerpo se está debilitando cada día. Y deben de sentirse muy felices de que pronto se habrá ido y no habrá nadie que sea más poderoso que ellos. Me gustaría decirle a Jayprakash... Le tengo afecto a ese hombre. Es un buen hombre; tan bueno que no era su destino estar en la política, es un no-político. Es un poeta, un soñador, un utópico, un hombre bueno..., como todos los soñadores son hombres buenos. Me gustaría decirle: pide disculpas al país antes de morir. Dile al país que en tu nombre una banda de políticos hambrientos de poder te ha engañado a ti y al país, que te han engatusado y que han embaucado al país. ¡Dile al país que la revolución ha fracasado! Pero no le digas al país solamente que la revolución ha fracasado. Recuerda decirle esto también: que todas las revoluciones seguirán fracasando de la misma manera, porque el fundamento mismo es erróneo.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .