De esa manera el cuerpo entero, el cerebro, todo está quieto sin distorsión alguna; es
sólo entonces cuando la mente puede recibir la realidad, si tal realidad existe. Esa inmensidad, si hay tal inmensidad, no puede ser invitada. Si existe lo innominado, lo trascendental, si hay tal cosa, es sólo una mente así la que puede ver lo falso o lo verdadero de esa realidad.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .