Los cascarones o envolturas astrales, junto con el viviente cuerpo astral del médium, ayudados por

ciertas fuerzas de la naturaleza que los Teósofos denominan "elementales", producen casi todos los fenómenos del espiritismo que no es fraudulento. El cuerpo astral del médium, teniendo la facultad de extensión y extorsión, provee el escenario para aquello a lo que se da el nombre de "espíritus materializados", para hacer mover objetos sin contacto físico y para transmitir mensajes que se dicen de parientes fallecidos, todo lo cual no es otra cosa que memorias e imágenes impresas en la luz astral; y para todo ésto usando y siendo usados por restos o cascarones astrales de suicidas, asesinos ejecutados, y por toda clase de espectros, que naturalmente gravitan y permanecen cerca de este plano de vida. El número de casos en que una comunicación viene de un verdadero espíritu desencarnado es tan reducido que pueden contarse con los dedos de una mano. Pero algunas veces, los espíritus de hombres vivientes, mientras sus cuerpos duermen acuden a las sesiones espiritistas y toman parte en ellas, más ellos no pueden recordarlo, no saben cómo lo hacen y no son distinguidos por los médiums dentro del conjunto de cadáveres astrales. El hecho de que tales cosas puedan ser efectuadas por el hombre interno y no ser recordadas, no prueba nada en contra de estas teorías; porque el niño puede ver, sin saber el funcionamiento de los ojos, y el salvaje, aunque ignora el complicado mecanismo fisiológico que sin cesar funciona en su cuerpo, efectúa perfectamente el complejísimo proceso de la digestión; y el hecho de que él efectúa este proceso inconscientemente, está exactamente en armonía con nuestra teoría, porque estos actos y fenómenos del hombre o ser interno son las acciones inconscientes de la mente subconsciente. Estas palabras, "consciente" y "subconsciente", son desde luego usadas de manera relativa, refiriéndose la inconsciencia únicamente al cerebro. Experimentos hipnóticos han probado concluyentemente todas estas teorías, como será plenamente admitido algún día no muy lejano. Además de ésto, las envolturas astrales de los suicidas y de los criminales ya ejecutados son las más coherentes, las de más larga vida, y las más cercanas a nosotros entre todos los espectros de los infiernos, y por lo tanto deben ser, por exigencia del caso, los verdaderos "controles" o "guías" en la sala de sesiones espiritistas.

William Judge . El Oceano de la Teosofia .

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