Los grados ascendentes de conciencia, a través de los cuales pasa el Pensador conforme va
reencarnando durante el largo ciclo de sus vidas en los tres mundos inferiores, están claramente determinados; y la necesidad de muchas existencias para hacer experiencia de ellos, si ha de desarrollarse por completo, convencerá a las personas reflexivas de la verdad de la reencarnación. En el primer grado, todas las experiencias son sensaciones; el trabajo de la mente sólo consiste en reconocer que el contacto con ciertos objetos va seguido de una sensación de placer, mientras que al contacto con otros sigue una sensación de dolor. Estos objetos forman imágenes mentales, que bien pronto comienzan a obrar como estímulos que impulsan a la búsqueda de cosas con el placer asociadas, cuando no se tienen delante, apareciendo así los gérmenes de la memoria y de las iniciativas mentales. A esta tosca división primera del mundo externo, síguese la más compleja idea de la significación de la cantidad en materia de placer y de dolor, conforme se ha expuesto.
Annie Besant . La sabiduría antigua .