Pero aunque uno no destruye las cosas, tampoco les presta atención... Éste es el cambio:
uno no destruye, no renuncia, sino que no les presta atención; uno retira su atención. La atención es comida: así es como te apegas a las cosas. Si te atrae una mujer, quieres mirarla una y otra y otra vez: estás alimentando, estás proyectando. Si te gusta una cosa, le prestas atención. Al prestarle atención, te apegas a ella. Al apego se llega por el puente de la atención. No hay necesidad de renunciar a nada, simplemente corta el puente: vive en el mundo sin prestar atención a las cosas, sigue moviéndote como si estuvieras moviéndote en el vacío. ... ésta es la contemplación del centro. Y si puedes hacer esto, surgirá en ti un centro. Si puedes vivir en el mundo como si no estuvieras en él, si puedes vivir en el mundo como si el mundo fuera solo un sueño, entonces de pronto se cristalizará en ti una gran energía: toda la energía que se estaba disipando. Has estado disipando tu energía de mil y una maneras, estás perdiendo energía en todas las direcciones. Tu atención es un punto de pérdida. Cuando ya no estás perdiendo energía, cuando tu atención ya no está moviéndose, cuando tu atención se acopia dentro, se acumula dentro, se cristaliza dentro, surge el centro.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .