Se necesita una gran agudeza para comprender que no existe ninguna diferencia entre torturar a
otros o a ti mismo, salvo que los otros pueden defenderse. Al menos existe esa posibilidad. Si empiezas a torturarte a ti mismo, nadie puede defenderte. Puedes hacer lo que quieras con tu propio cuerpo, pero eso es sencillamente masoquismo. Desde mi punto de vista, eso no te llevará a encontrar las raíces de tu ser interior. Por consiguiente, no me gusta llamarlo poder, porque esa palabra está contaminada. Me gustaría llamarlo paz, amor, compasión... La palabra da igual, pero el poder siempre ha estado en manos de personas violentas, con otros o consigo mismos. Yo pienso que quienes son violentos con otros son más naturales y que quienes son violentos consigo mismos tienen un problema psicótico. Sin embargo, quienes se han torturado a sí mismos son vuestros santos. Lo único que han aportado al mundo es la disciplina para torturarse a uno mismo. Algunos santones dormían en un lecho de clavos, y todavía los hay. Se ven en Varanasi. Puede resultar muy teatral, pero es feo y debe condenarse. No hay que respetar a esas personas. Son criminales, porque cometen un crimen con un cuerpo y ni siquiera pueden ir a juicio. De modo que hay que entender muy bien la segunda parte, porque si no, tu primer deseo, la fascinación por el poder, volverá a presentarse con un disfraz diferente, y empezarás a hacer esfuerzos para ejercer poder sobre ti mismo. Me parece que eso es lo que ocurre.
Osho . El libro del ego .