Todo ser encarnado ha cometido cantidad de errores. Por esta razón nadie debe permitirse una

actitud de: «YO SOY más santo que tú», sino que, por el contrario, se debe invocar la Ley del Perdón, ya que si se está sintiendo crítica, condenación u odio hacia otro hijo de Dios, sabrá que jamás podrá prosperar. En vez de ello debe decirle mentalmente a la persona en cuestión: «TE MANDO LA PLENITUD DE MI AMOR DIVINO PARA BENDECIRTE Y PARA QUE PROSPERES». Esta es la actitud que libera de los fracasos de la actividad exterior.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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