Es más que un profeta, ya que los profetas no han anunciado la luz nada

más que bajo velos e imágenes que no eran más que una especie de sombras, mien- tras que él ha mostrado y ha indicado, por sí mismo, esta luz y la ha hecho tocar con el dedo, lo mismo que descubrió San Juan en el mundo del repara- dor, cuando dijo, al verlo venir: ése es el cordero de Dios. Ése es el que quita los pecados del mundo. Es más que un profeta, ya que, como San Juan, por su boca ha pasado el anuncio y la señal de la salvación de las naciones.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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