Se ha observado que en la Grecia arcaica algunos grupos de personajes míticos —Telquinos, Kabiros,

Cu-retas, Dáctilos— constituyen a la vez cofradías secretas en relación con los misterios y hermandades de trabajadores de los metales. Según las diversas tradiciones, los Telquinos fueron los primeros en trabajar el hierro y el bronce; los Dáctilos ideos descubrieron la fusión del hierro, y los Curetas, el trabado del bronce: eran además reputados por sus danzas, que ejecutaban entrechocando sus armas. Los Kabiros, como los Curetas, son llamados «dueños de los hornos», «poderosos por el fuego», y su culto se extendió por todas partes en el Mediterráneo oriental6. Los Dáctilos eran sacerdotes de Cibeles, divinidad de las montañas, pero también de las minas y las cavernas, que tenía su morada en el interior de las montañas7. «Los Dáctilos, según algunas versiones, se repartían en dos grupos, 20 seres varones a la derecha y 32 seres femeninos a la izquierda. O bien: los Dáctilos de la izquierda eran encantadores cuya obra destruían los Dáctilos de la derecha. Los 'semi:coros' repartidos en torno al hogar (...) y de sexos opuestos no dejan de evocar algún rito de hierogamia (...) o de lucha sagrada (...) que tienen una curiosa relación con las hieroga-mias y víctimas chinas.» 8 Según una tradición transmitida por Clemente de Alejandría (Proteptico, II, 20), los Coribantes, que aquí reciben también el nombre de Kabiros, eran tres hermanos, uno de los cuales fue muerto por los otros dos, que enterraron su cabeza al pie del monte Olimpo. Esta leyenda relativa al origen de los misterios está vinculada, como más atrás hemos visto, al mito del origen de los metales.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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