Por el contrario, la influencia que viene de arriba es casi siempre amorfa. Precipita al
fondo todo lo irregular y tenebroso, presiona todos nuestros principios de actividad y los fuerza a pasar a través de nuestras fuerzas compuestas y corrompidas para disolverlas y hacer que aparezca la luz donde no había más que tinieblas. Por eso es por lo que esta influencia superior nos da unos medios tan diversos de ascender por encima de nuestro estado ordinario, por lo que desarrolla en nosotros tantas facultades que nuestra materia no puede disfrutar ni conocer y por lo que todas estas cualidades, que nosotros somos capaces de tener, se manifiestan mediante rayos agudos y lacerantes, como los de la luz y los del fuego.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .