Cuando decimos que una forma religiosa está hecha, si no para tal «raza», al menos
para una colectividad humana determinada por tales condiciones particulares —condiciones que pueden ser, como es el caso del mundo musulmán, de naturaleza muy compleja— se nos podría objetar válidamente la presencia de cristianos entre casi todos los pueblos o cualquier otro argumento de este género; para comprender la necesidad de una forma tradicional no se trata de saber si, en el seno de la colectividad para la cual esta forma está hecha, hay o no individuos o grupos susceptibles de adaptarse a otra forma —cosa que nunca se podría discutir—, sino únicamente de saber si la colectividad total podría adaptarse a ella; por ejemplo, para poner en duda la legitimidad del Islam, no basta con constatar que hay árabes cristianos, porque la única cuestión que se plantea es la de saber lo que llegaría a ser un Cristianismo profesado por la totalidad de la colectividad árabe.
Schuon Frithjof . De la unidad transcendente de las religiones .