En primer término, conviene fijar la idea de que la vida mental es infinitamente más

intensa, activa y más cercana a la realidad que la vida de los sentidos. Lo que tocamos, oímos y gustamos, todo lo que hacemos aquí abajo, es mucho menos real que las cosas que percibimos en el Devachán; pero aun en este estado no vemos las cosas tales como son, pues cúbrenlas todavía dos velos.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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