Eso es lo que tenía en la mente. ¿Pero por qué no actuamos con igual
eficiencia cuando vemos el peligro del nacionalismo, de la guerra, de los gobiernos separados con sus derechos soberanos y sus ejércitos? Estas son las cosas más peligrosas; ¿por qué no reaccionamos, por qué no decimos, “cambiemos todo eso”? Esto significa que tiene que ocurrir un cambio en uno mismo en ese “sí mismo” que ahora conocemos- de modo que uno no pertenezca a ninguna nación, a ninguna bandera, país o religión, y que por lo tanto sea un ser humano libre. Pero no lo hacemos. Reaccionamos a los peligros físicos, pero no a los peligros psicológicos, que son los más devastadores. Aceptamos las cosas como están o nos rebelamos contra ellas para crear alguna utopía fantástica, con lo cual volvemos a lo mismo. Ver el peligro interno y ver el peligro externo es la misma cosa, o sea, mantenernos despiertos, lo cual significa ser inteligentes y sensibles.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .