La transmutación de los metales puede alinearse entre las «libertades» de que el alquimista consigue
gozar: interviene así activamente en el proceso de la Natu-Sraleza (prakrti) y, desde cierto punto de vista, puede decir que colabora en su «redención» 3. En la perspectiva del Samkhya-Yoga, todo espíritu (purusha) que ha conquistado su autonomía libera al mismo tiempo un fragmento de la prakrti, pues permite a la materia que constituye su cuerpo, su biología y su vida psico-mental reabsorberse, reintegrar el modo primordial de la Naturaleza o, dicho de otro modo, alcanzar el reposo absoluto. Ahora bien: la transmutación verificada por el alquimista precipita el ritmo de las transformaciones lentas de la Naturaleza (prakrti) y al hacerlo la ayuda a liberarse de su propio destino, de igual modo que el yogui, al forjarse un «cuerpo divino», libera a la Naturaleza de sus propias leyes: efectivamente consigue modificar el estatuto ontológico, transformar el infatigable devenir de la Naturaleza en un éxtasis paradójico e impensable (pues el éxtasis pertenece al modo de ser del Espíritu y no a las modalidades de la vida y la materia viviente).
Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .