Por lo tanto, vamos a averiguar por qué los seres humanos no tienen la energía,

el empuje, la intensidad para cambiar. Tienen cualquier cantidad de energía para disputar, para matarse los unos a los otros, para dividir el mundo e ir a la luna: para estas cosas tienen energía. Pero aparentemente no tienen energía para cambiar ellos mismos de manera radical. Así que nos preguntamos por qué carecemos de esta indispensable energía.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

Índice