En la relación de estos dos triángulos reside la clave del instinto de autopreservación, la

supervivencia de los cuerpos sutiles después de la muerte, y el principio de la inmortalidad asentado en el alma, que funciona cuando la autopreservación y la supervivencia ya no rigen. Esto constituye una triplicidad de ideas que requiere un cuidadoso estudio y -si puedo expresarlo así- proporciona la clave del movimiento espiritista.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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