La Vanidad, como su nombre indica, es la cualidad de todo lo que está vacío
de contenido. Es representación sin fondo. La vanidad de los cargos, los puestos y los grados, es defecto moral muy extendido entre los hombres, y particularmente peligroso en toda iniciación religiosa o espiritualista donde todo contrincante sin contenido es la negación misma de la finalidad que se pretende. Y esto débese a la propia superestimación que nos hace suponer poner que nuestras ideas y acciones pueden ser un ejemplo Para los demás, olvidando la humildad virtud cotizable como ninguna en el camino iniciático, que nos impele a servir sin pedir y que desde fiamos generalmente, por ese pernicioso personalismo que nos arrastra a ser "cabeza de ratón más que cola de león". Por esto decía tristemente Jesús: "Muchos son los llamados y pocos los elegidos". Un grado de "compañero" sin, sentimiento de fraternidad o un grado de "maestro" sin haber enseñado nada a nadie, son "vanidad de vanidades".
Eduardo Alfonso . La iniciación .