Sorprende encontrar que la actividad estrictamente docente de Kircher en Roma no fue demasiado prolongada.

Entre 1638 y 1646 imparte Física y Matemáticas (con Geometría y Astronomía) en el Colegio Romano, con una interrupción intermedia de algunos años. No tenemos datos sobre cómo eran sus clases, pero se puede aventurar la hipótesis de que lo suyo era la investigación y no la brega diaria con los alumnos. Parece ser que, desde esa fecha, 1646, fue descargado de las clases para que pudiera emplearse en la redacción de su vasta obra. Pero es el momento ahora de describir su actividad investigadora tal como se refleja en sus numerosos, variados y, a veces, desconcertantes escritos [SEQUEIROS, 2001c]. La obra impresa de Kircher es de 44 títulos de muy diversos temas. [SOMMERVOGEL, 1893]. De igual modo, los manuscritos y su correspondencia son muy amplios. Recientemente, el investigador Vicktor Gramatowski [2000] ha dado a conocer un catálogo del fondo kircheriano. Consta de 2.587 documentos en 20 lenguas, con cartas que proceden de 336 ciudades en 42 países. Entre los muchos corresponsales, Kircher mantuvo una amplia correspondencia con el español Juan Caramuel y Lobkowitz (1606-1682) [CEÑAL, 1953; PASTINE, 1975; LÓPEZ PIÑERO, 1979:436-439] Uno de sus primeros libros [KIRCHER, 1635] está dedicado a los experimentos realizados en Avignon años atrás con espejos, a partir de los cuales construye un reloj de reflexión. En los primeros años de estancia en Roma, además del tratado de coptología, al que aludimos más arriba, publicó cuatro gramáticas árabes en latín (Lingua Aegiptiaca restituta, Roma, 1643). Años más tarde, vio la luz un monumental tratado de egiptología (Oedipus Aegiptiacus). Los cuatro tomos se editaron entre 1652 y 1653 [CORRADINO, 2001].

Athanasius Kircher . El Geocosmos .

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