El hombre occidental ha amado —hay risa y hay danza y hay canción—, pero el

hombre occidental ha perdido completamente la idea de quién es. Le ha perdido el rastro a la consciencia, no es consciente. Se ha vuelto cada vez más mecánico porque niega lo interno. De manera que hay risa, pero la risa no puede ser profunda, porque no hay profundidad. No se acepta la profundidad. De manera que Occidente vive en una risa superficial y Oriente vive en una profunda tristeza. Ésta es la desdicha, la agonía que le ha sucedido al hombre. Mi mensaje es: ahora es el momento, el hombre es lo suficientemente maduro para salir de estos patrones incompletos, desequilibrados. Estos programas tienen que ser desechados y cambiados. Se debería aceptar lo externo y lo interno, y totalmente, y sin ninguna condición en absoluto. Entonces habrá consciencia y habrá amor, y no se contradirán mutuamente, sino que serán complementarios. El amor te dará alegría, la consciencia te dará cristalización. La consciencia te hará consciente de quién eres, y el amor te hará consciente de qué es este mundo. Y entre estas dos orillas, fluye el río de la vida. Yo enseño el hombre entero. Ésta es una de las cosas fundamentales que hay que comprender; entonces todo lo demás se volverá fácil, entonces las cosas serán simples. Ésta es la base. Enseño sobre el mundo y enseño sobre Dios, y los enseño en la misma respiración. Quiero que Epicuro y Buda estén lo más cerca posible. Buda está sentado bajo su árbol; no te puedes imaginar a Buda bailando. Epicuro está bailando en su jardín; no te puedes imaginar a Epicuro sentado en silencio bajo un árbol, meditando. Me gustaría que Epicuro y Buda se hicieran uno.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice