Internamente, inconscientemente, está el tremendo pescó del pasado empujándonos en cierta dirección [...]. Ahora bien,

¿cómo puede uno eliminar todo eso? ¿Cómo puede el inconsciente depurarse de inmediato del pasado? Los psicoanalistas piensan que el inconsciente puede ser depurado de manera parcial e incluso completa, por medio del análisis mediante la investigación, la exploración, la confesión, la interpretación de los sueños, etc.-, de modo tal que uno se convierta al menos en un ser humano «normal», capaz de ajustarse al entorno presente. Pero en el análisis están siempre el analizador y lo analizado, un observador que interpreta la cosa observada, lo cual es dualidad, una fuente de conflicto. Veo, pues, que el mero análisis del inconsciente no me llevará a ninguna parte. Podrá ayudarme a ser un poco menos neurótico, un poco más benévolo con mi esposa, con mi prójimo, o alguna cosa superficial como ésa; pero no es de eso de lo que estamos hablando. Veo que el proceso analítico que implica tiempo, interpretación, movimiento del pensar como el observador que analiza lo observado- no puede liberar al inconsciente; por lo tanto, desecho por completo el proceso analítico. Tan pronto percibo el hecho de que el análisis no puede, bajo ninguna circunstancia, disipar la carga del inconsciente, estoy fuera del análisis. No analizó nunca más. Entonces, ¿qué ha ocurrido? Debido a que ya no hay un analizador separado de la cosa analizada, él es esa cosa. No es una entidad aparte de ella. En consecuencia, uno descubre que el inconsciente tiene muy poca importancia.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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