En segundo lugar, dices: «Tú no tuviste ningún Maestro.» Eso es verdad, no tuve ningún

maestro. Eso no significa que no fuera un discípulo. Acepté a toda la existencia como mi maestro. Se requiere más valor para aceptar a toda la existencia como tu maestro. Si no puedes aceptar ni siquiera a un solo hombre como tu maestro, ¿cómo vas a aceptar a toda la existencia como tu maestro: los árboles y las rocas y los ríos y las nubes? Si no puedes amar a un solo ser humano, ¿cómo vas a amar a la totalidad? Es verdad que no tuve ningún maestro, pero eso no significa que no fuera un discípulo. Mi manera de ser un discípulo implicaba una mayor implicación que tu manera de ser un discípulo. Yo confié en las nubes..., lo que es muy difícil. Confié en los árboles..., lo que es casi imposible. Confié en la existencia en sí. Si eso es posible, entonces no necesitas ningún maestro en particular, porque entonces todo es tu maestro.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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