Al otro lado de los cerros, muy lejos en la distancia, estaba el ancho mar,
radiante, resplandeciente. Nosotros hemos dividido la tierra como ‘tuya’ y ‘mía’ tu nación, mi nación, tu bandera y la bandera de él, esta religión particular y la religión del hombre distante. El mundo, la tierra, están divididos, fragmentados. Y por eso es que reñimos y peleamos, y los políticos se regocijan en su poder a fin de mantener esta división y no miran jamás el mundo como una totalidad. Les falta la mente global. Nunca sienten ni perciben la inmensa posibilidad de no ser nacionalistas, de no tener divisiones; jamás pueden percibir la fealdad de su poder, de su posición y del sentido de su propia importancia. Ellos son como cualquier otra persona, sólo que ocupan el sitial del poder con sus insignificantes, mezquinos deseos y ambiciones, y así es, por lo visto, como mantienen la actitud tribal hacia la vida desde que el hombre ha estado sobre esta tierra. Carecen de una mente no comprometida con ningún tipo de resultados, ideales e ideologías una mente que se mueva más allá de las divisiones de raza, cultura y religión que el hombre ha inventado.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .