La vida física puede regularse cuando la personalidad suficientemente integrada y coordinada y el centro

ajna (el centro entre las cejas) están activos y controlados por el alma. Ésto tiene un efecto inmediato -automáticamente inducido- sobre la glándula vinculada a dicho centro que se convierte en una parte equilibrada del sistema endocrino general, evitándose el desequilibrio anterior. Simultáneamente el centro coronario se hace activo, como resultado de la percepción mental, la meditación y el servicio del aspirante, lo cual pone en actividad a la glándula vinculada, la pineal. Todo esto es también el abecé del ocultismo.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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