En la cuarta etapa de la conciencia se ve el Uno; y al franquear las
barreras levantad por el intelecto, la conciencia abarca el mundo y ve todas las cosas en sí misma y como partes de sí mima, se ve a sí mima como un rayo del Logos, y por lo tanto, como una con El. ¿Qué es el Pensador entonces? Ha llegado a ser Conciencia; y en tanto que el alma espiritual puede usar a voluntad cualquiera de sus vehículos, no esta aquél forzado a usarlos ni siquiera los necesita para su plena y consciente vida. Ya han concluido las reencarnaciones forzosas; el hombre ha vencido a la muerte: ha alcanzado la inmortalidad. Desde entonces es “una columna del templo de Dios, de donde no saldrá jamás”.
Annie Besant . La sabiduría antigua .