Pero si hubiesen trabajado para hacer que nazca en ellos un hijo, sería a ellos

a quienes se dirigiese esta palabra: «Cualquier cosa que pidáis a mi padre en mi nombre, yo la haré, para que mi padre sea glorificado. En verdad, en verdad os lo digo: el que crea en mí hará las obras que yo hago y las hará aún mayores, porque yo me voy a mi padre» y de este modo (como se ha indicado en el hombre de deseo), la acción que envíe este reparador será más abundante y más poderosa, ya que procede, al mismo tiempo, de la acción del padre y de la acción del hijo juntas, y en la tierra no ha actuado nada más que como hombre, en el poder del espíritu, mientras que, por su reunión con su padre, actuará como Dios y por el poder de la misma unidad, imagen perfecta de las dos leyes que hemos observado ya con frecuencia, la última de las cuales es la única que puede completar nuestra reconciliación, uniéndonos de nuevo a nues- tro verdadero origen, lo mismo que el reparador, después de su obra temporal, se ha reunido con su padre.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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