La ciencia moderna admite una fuerza suprema, un principio invisible, pero niega la existencia de
un Ser supremo, de un Dios personal (22). Lógicamente es muy discutible la diferencia entre ambos conceptos, porque, en este caso, fuerza y esencia son idénticas. La raxzón humana no puede concebir una fuerza suprema e inteligente sin identificarla con un Ser también supremo e inteligente. Jamás el vulgo tendrá idea de la omnipotencia y omnipresencia de Dios sin atribuirle, en gigantescas proporciones, cualidades humanas; sin embargo, para los cabalistas, siempre fue el invisible En-Soph una Potestad.
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .