Pero, si estos interrogantes que nazcan en él le parecen llenos de la misma persuasión
que tiene él, si vienen a él con una conformidad de confianza y de deseo que favorece su avance espiritual y la gloria de su señor común, no duda- rá en abrirles todos sus tesoros, porque se verá movido a ello por la relación y la similitud que haya entre ellos y él y, además, tendrá la viva esperanza de que estos seres de deseo, uniéndose a él, alcanzarán con más facilidad, por su reunión, las gracias y las ayudas que tanto necesitan y necesitarán siempre, al no ser nada más que los servidores de Dios. Tendrá, repito, la viva esperanza de que esta reunión alcanzará con más facilidad la manifestación de las fuerzas divinas y con ello aumentará el número de los adoradores del Dios verdadero.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .