Si profundizásemos aún más en la industriosa sabiduría de nuestro Dios dejaríamos enseguida de murmurar
contra los obstáculos que encontramos en nuestra región terrestre. Todos estos obstáculos, todas estas dificultades, se nos envían para retrasar esta explosión divina, de la que somos tan poco dignos que. lo repito una vez más, querríamos que nos tragase la tierra si se nos dejase conocer un mínimo detalle de ella antes de nuestro plazo. Al mismo tiempo. sirven para desarrollar en nosotros todas esas unidades parciales de las que ya hemos hablado y que deben ayudarnos a restablecer nuestras relaciones con nuestro principio y a que volvamos a ser de nuevo su imagen. De nada serviría que nos creyésemos que éramos de nuevo su imagen si no hubiésemos hecho que llegasen todas nuestras unidades hasta la medida que deben alcanzar, ya que es el complemento y la justa medida de estas unidades lo único que puede devolvernos los rasgos de nuestra antigua semejanza con nuestro principio.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .