Durante el siglo XVII se produce una renovación generacional importante en el Colegio Romano [BANGERT,

1972:187, 220, 325]: el gran astrónomo Christophorus Clavius fallece en 1612; Grienberger muere en 1636; Christophorus Scheiner, en 1650; Orazio Grassi, opositor a Galileo, fallece en 1654. Pero la llegada de Kircher en 1633, apodado "el Maestro de las cien Artes" ocupa pronto un gran espacio por su actividad incansable [UDÍAS, 2000]. Muchas de estas nuevas ideas se conocían ya entre los jesuitas del Colegio Romano que intervenían y opinaban con razones de peso en muchas de estas cuestiones científicas relacionadas con la filosofía y la teología. En torno al Colegio Romano las llamadas "redes jesuíticas" difundían por el mundo las nuevas imágenes de la realidad natural para las cuales buscaban respuestas filosóficas y teológicas más acordes con las nuevas propuestas. En este ambiente hemos de situar la obra científica de Athanasius Kircher.

Athanasius Kircher . El Geocosmos .

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