Entonces empezó a salir el sol, y con los primeros rayos de sol Bodhidharma le

dijo: «Señor, ya es suficiente. Ahora abra los ojos. ¿Se ha encontrado dentro o no?» Y el rey abrió los ojos y miró al maestro. Vio la belleza de que la ferocidad surgía de la compasión, vio el amor, hizo una reverencia, tocó los pies del maestro y dijo: «La ha calmado para siempre. No está ahí. Ahora sé que estaba creando un barullo innecesario acerca de alguien que no existe en absoluto.».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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