Sólo existe una vereda que conduzca al sendero; sólo al término de ella puede oírse

la «Voz del Silencio». La escala por la cual asciende el candidato está formada por peldaños de sufrimiento y de dolor: éstos únicamente pueden ser acallados por la voz de la virtud. ¡Ay de ti, discípulo, si queda un solo vicio que no hayas dejado atrás! Porque entonces la escala cederá bajo tus plantas y te precipitará: su base descansa en el profundo cenegal de tus pecados y defectos, y antes que puedas aventurarte a cruzar este ancho abismo de materia, tienes que lavar tus pies en las aguas de la Renunciación. Sé precavido, no sea que pongas un pie todavía manchado en el peldaño inferior de la escala. ¡Ay de aquel que se atreva a ensuciar con sus pies fangosos un escalón tan solo! El cieno inmundo y pegajoso se secará, se hará tenaz, pegará sus pies en aquel sitio, y como el pájaro cogido en la liga del cazador astuto, quedará imposibilitado para un nuevo progreso. Sus vicios adquirirán forma, y le arrastrarán hasta el fondo. Sus pecados levantarán la voz, semejante a la risa ya! plañido del chacal después de la puesta del sol; sus pensamientos se convertirán en un ejército, y se lo llevarán tras sí como a un esclavo.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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