Los rosacruces iluminados profesaban la doctrina del lento desenvolvimiento de las formas preexistentes. Las Tres

Madres enseñaron a Hermes el misterioso proceso de sus obras antes de revelarlo a los alquimistas medioevales. En lenguaje hermético las Tres Madres significan la luz, el calor y el magnetismo, transmutables según el principio de la correlación de fuerzas o transformación de la energía. Dice Sinesio que en el templo de Menfis encontró unos libros de piedra con la siguiente máxima esculpida: “Una naturaleza se deleita en otra; una naturaleza vence a otra; una naturaleza prevalece contra otra; pero todas ellas son una sola”.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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