Otra mujer, en cambio, ahogada en una tempestad, murió con el corazón tranquilo y
lleno de amor, teniendo a su niño en brazos, más allá de la muerte pudo ser observada, durmiendo sosegadamente y soñando con su marido y sus hijos que se le aparecían en dichosas visiones tan límpidas como la realidad.
Annie Besant . La sabiduría antigua .