Consideramos después sucintamente, los diferentes rei¬nos de la naturaleza y trazamos el desarrollo del alma
o siquis, en todos ellos. Ya habíamos dicho que el átomo posee inteligencia o poder de discernir y que en la construcción de las formas de los reinos mineral, vegetal y animal, apa¬rece lo que entendemos por sensación, teniendo así los ru-dimentos de la emoción o sentimiento en embrión -reflejo del amor en el plano físico. Éste es un aspecto de la triple naturaleza de Dios, la inteligencia, manifestándose en el áto¬mo; y por medio de la forma se manifiesta el amor o cuali¬dad de atracción. Esto también puede explicarse como el re¬conocimiento de que en estos dos aspectos de la vida divina central, existe la tercera persona de la Trinidad logoíca co¬laborando con la segunda; tenemos también la actividad in¬teligente de la divinidad o el aspecto Espíritu Santo, actuando en conexión con el segundo aspecto, el Hijo, constructor de las formas. La Biblia, en Prov. 8, expresa esto en forma interesante, donde la sabiduría clama en voz alta (la sabidu¬ría representa al aspecto Crístico en el Antiguo Testamento), y después de señalar que Él era con Dios antes de la creación, dice: "... estableció los cimientos de la tierra, con Él estaba como maestro trabajador o constructor". Los estu¬diosos harían bien en estudiar este capítulo en relación con las ideas expuestas, asegurándose de que la traducción sea exacta.
Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .