Para entender en su justa dimensión el intento científico, filosófico y teológico del Geocosmos será

necesario citar uno de los textos más clásico de Mundus Subterraneus, perteneciente al Libro Primero, "o Centrográfico, que también se llama Centrosofía". "Cuando me propuse dar a la luz las cosas admirables del mundo subterráneo, me pareció que tenía que empezar mi disertación por aquella parte que con toda justicia se considera la base y el fundamento de todas ellas. Porque, así como el poder de Dios brilla en toda la fábrica del mundo corpóreo y en los diversos órdenes de los seres, así también luce en gran manera la inacabable sabiduría del Hacedor en la construcción del Centro. En él se esconde un no sé qué admirable y, por así decir, émulo de la divinidad, en el que casi coinciden lo máximo y lo mínimo, mientras que en toda la amplitud del mundo contiene todos los cuerpos brillantes, a todos los deriva hacia sí, los atrae y los lanza fuera de sí: obra muy admirable, obra de la diestra del Excelso, que se funda en la fuerza de Dios que del mismo modo que sacó las propagaciones del organismo mundano como de un centro, también las reduce todas a lo mismo y quiso que todas estuviesen conectadas con lo mismo" (A. KIRCHER, De Mundus Subterraneus, 1665, Libro I, sección primera sobre la admirable naturaleza del centro y la mayor de las obras de Dios. Prefacio). [SIERRA, 1981: 55-56].

Athanasius Kircher . El Geocosmos .

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