A semejante percepción se añade la idea que el gado de evolución de todo ser

humano o no humano, depende esencialmente de lo que podemos llamar su edad. Algunos comenzaron su peregrinación a través de los tiempos mucho después que otros, y aunque las facultades sean las mismas para todos, hay quién las desarrolló de un modo más completo porque tuvo para ello más tiempo que sus hermanos más jóvenes. Denostando y menospreciando el grano porque no es ya flor, la yema no podrá dar fruto ni el niño ser hombre; y denostando y menospreciando a las almas infantiles que nos rodean porque no han evolucionado tanto como nosotros, hacemos mal.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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