Una inscripción de un templo indostánico, se halla encabezada por tres figuras de monos, uno

de los cuales se tapa los oídos, otro los ojos y otro la boca, leyéndose en ella: "No oigas, no veas, no digas el mal". Es la síntesis de la sabia enseñanza oculta de no cultivar malos pensamientos ni propagarlos. Es el inestimable consejo de acostumbrarse a "ver el lado bueno de todas las cosas".

Eduardo Alfonso . La iniciación .

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