La pregunta verdadera contiene en ella la respuesta verdadera. Son instantáneas, están juntas, suceden simultáneamente.

De modo que ésa es la razón por la que no se puede hacer nunca la pregunta verdadera. Si no sabes la pregunta verdadera, ¿cómo vas a preguntar? Si sabes la pregunta verdadera, inmediatamente sabes también la respuesta verdadera. No son dos cosas separadas, sino dos caras de la misma moneda: en una cara la verdadera pregunta, en la otra cara la verdadera respuesta. Pero hay que hacer muchas preguntas irreales antes de tomar conciencia de esto, Bhagwato. Deberías sentirte bendecido por ser capaz de ser consciente del fenómeno de que la pregunta verdadera es tan difícil de hacer; imposible de hacer. Ésta es una buena señal, un hito. Incluso preguntar «¿Por qué es tan difícil hacer la pregunta verdadera?» muestra que estás avanzando en la dirección de la pregunta verdadera. Muestra que ahora puedes detectar inmediatamente cuándo te topas con una pregunta falsa. Te has vuelto capaz de conocer lo falso como falso; éste es el primer paso hacia conocer lo verdadero como verdadero. Antes de poder conocer la verdad, tendrás que conocer la falsedad, total y absolutamente. Y por eso dices: «¿Y por qué me siento tan estúpido por ésta y por cualquier otra pregunta?» Todas las preguntas son preguntas estúpidas. Pero no estoy diciendo que no las hagas. Simplemente por no preguntarlas no te harás sabio. Las preguntas estúpidas hay que hacerlas para poder desecharlas, y desechar las preguntas estúpidas es desechar la estupidez. Y poco a poco, tomas conciencia de que: «Todas mis preguntas son inútiles. ¿Por qué estoy preguntando? Incluso si obtengo la respuesta, ¿cómo va a cambiar mi vida?».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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