Ante todo, se nos educa mal: nunca se nos educa para amar lo que hacernos.
Estamos pues atrapados y no podemos escapar; y por eso preguntamos, ‘¿qué haré?’ ¿Es así, señores? Escapar hacia el romanticismo, hacia las creencias, iglesias, organizaciones, ideas de utopía, es evidentemente absurdo. Veo lo fútil que es, y por lo tanto lo desecho. Ya no hay la tentación de escapar y quedo con el hecho, el hecho brutal, duro. ¿Qué voy a hacer? ¡Decídmelo, señores!.
Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .