Habiendo examinado así la esfera de acción de los principios inferiores, y analizado su naturaleza,
vemos que la Teosofía enseña que en el estado actual de su evolución, el hombre es un cuaternario enteramente desarrollado con los principios superiores parcialmente desarrollados, o en desarrollo. Por esta razón se afirma que el hombre de hoy demuestra por sí mismo estar impulsado por la pasión y el deseo. Esto se prueba al observar las civilizaciones de la tierra, porque ellas todas han sido impulsadas por este principio; y en los países como Francia, Inglaterra, y en las Américas, la glorificación de ese principio se manifiesta por la atención a la ostentación, al arte sensual, a la lucha por el poder y el rango, y en todos los hábitos y estilos de vida donde la plena gratificación de los sentidos a menudo se estima como el supremo bien. Pero como la Mente continúa desarrollándose más y más, a medida que proseguimos nuestra marcha por el sendero de la evolución de la raza, ya puede percibirse por lo bajo en todos los países el comienzo de la transición, desde el animal poseedor del gérmen de la verdadera mente, hasta el hombre de mente completa. Este momento es por lo tanto conocido por los Maestros, quienes han divulgado algunas de las antiguas verdades, como un "período de transición". La orgullosa ciencia, y la aún más orgullosa religión no admiten ésto; piensan que nosotros somos lo que siempre seremos. Pero confiando en sus instructores, el Teósofo ve en todo su derredor la evidentcia de que la mente de la raza está cambiando en cuanto a amplitud, que los viejos tiempos del dogmatismo han terminado y la "era de la investigación" ya ha lleado; que las investigaciones aumentarán su clamor año tras año, y que las respuestas tendrán que satisfacer más y más la mente a medida que ésta crece, hasta que al fin, habiendo terminado con todo dogmatismo, la raza se encuentre preparada para afrontar todos los problemas, cada persona por sí misma, todos trabajando para beneficio del todo, y que al final redundará en el perfeccionamiento de aquellos que luchan para trascender lo bruto. Por estas razones, las antiguas doctrinas son nuevamente promulgadas y la Teosofía invita a cada uno de nosotros a refleccionar sobre si es mejor ceder a la naturaleza animal inferior, o alzar la vista y ser gobernados por el Dios interno. Un estudio más amplio del cuarto principio de nuestra constitución, nos obligaría a considerar asuntos tales como aquellos presentados por los que hacen milagros en el Oriente, así como los fenómenos espiritistas, el hipnotismo, las apariciones, la enajenación mental y otros; pero éstos deben reservarse para tratarlos separadamente.
William Judge . El Oceano de la Teosofia .