Una gran ardilla de color castaño amarillento bajó del árbol, subió al comedero, mordisqueó unos
pocos granos y se sentó ahí, en la parte superior, mirando alrededor con sus ojos como dos grandes cuentas brillantes y su curva cola levantada; una criatura maravillosa. Permaneció allí por un momento y después bajó, recorrió unas cuantas rocas, y finalmente se lanzó hacia lo alto del árbol y desapareció.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .