Pero el hombre no se ha contentado con tener miedo a esta empresa, sino

que se ha olvidado hasta de levantar el ancla cuando había vientos más favorables y se ha quedado tan tranquilo, sin preocuparse de si los demás pueblos estaban en una indigencia que podría amenazarlo a él mismo si no cumpliese su misión.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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