Las instituciones y organizaciones de todo el mundo no han ayudado al hombre. Están todas
las organizaciones físicas para las propias necesidades; están las instituciones de la guerra, de la democracia, las instituciones de la tiranía y las instituciones de la religión han tenido su época y continúan, y el hombre las respeta, anhela ser socorrido por ellas no sólo físicamente sino en lo interno, bajo la piel, allí donde el dolor late persistentemente, donde el tiempo proyecta su sombra y donde reinan los más trascendentes pensamientos. Ha habido instituciones de muchas, muchas clases desde los más remotos tiempos, y no han cambiado internamente al hombre. Las instituciones jamás pueden cambiar al hombre en lo psicológico, en lo profundo. Y uno se pregunta por qué el hombre las ha creado, puesto que todas las instituciones del mundo han sido creadas por el hombre en la esperanza de que pudieran ayudarle, darle alguna clase de seguridad perdurable. Y extrañamente, no ha sido así. Al parecer, jamás nos damos cuenta de este hecho. Creamos más y más instituciones, más y más organizaciones una organización opuesta a la otra.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .