Esperad, por tanto, a que se colmen las medidas, esperad que llegue el momento de
convocar, en todas las lenguas, en todas las naciones y en todas las tribus, a esta familia divina, dispersa hoy día por todos los pueblos. Cuando empiece esta congregación, el enemigo reunirá también sus fuerzas y no le faltarán órganos ni instrumentos que se conviertan en ministros de sus perversos proyectos. Entonces será cuando la familia divina de los cristianos tendrá verdaderos sufrimientos, porque tendrá que mantener violentos combates, en los que algunas veces parecerá vencida y en los que la gloria del enemigo se hinchará, hasta tal punto que creerá que ha conseguido la victoria.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .