Si no hemos sentado realmente las bases, podemos jugar con la meditación, pero eso no
tiene sentido; ocurre como en el caso de esas personas que van al Oriente y visitan a algún maestro que les dice cómo sentarse, cómo respirar, qué hacer, si esto o aquello, y que al regresar escriben un libro que es pura tontería. Uno tiene que ser su propio maestro y su propio discípulo, porque no hay autoridad, sólo hay comprensión.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .