Habría que olvidarse realmente de la palabra meditación. Es una palabra que ha sido corrompida.

El significado corriente de esa palabra considerar algo, pensar o reflexionar acerca de ello- es más bien trivial y común. Si queremos comprender la naturaleza de la meditación, tenemos que olvidar realmente la palabra, puesto que no podemos medir con palabras aquello que es inmensurable, que está más allá de toda medida. No hay palabras que puedan comunicarlo, ni sistema alguno, ni métodos de pensamiento, ni prácticas o disciplinas. Si pudiéramos más bien encontrar otra palabra que no haya sido tan mutilada, tan corrompida, tan vulgarizada, que no se haya convertido en el medio de ganar muchísimo dinero, si pudiéramos hacer a un lado la palabra ‘meditación’, entonces comenzaríamos a percibir suavemente, serenamente, un movimiento que no es del tiempo. Por otra parte, la palabra ‘movimiento’ implica tiempo. Lo que quiere indicarse es un movimiento sin principio ni fin, un movimiento en el sentido de una ola ola tras ola que comienzan en ninguna parte y sin playa alguna donde puedan romper. Una ola infinita.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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