Todo ser, o manifestación del Ser, del Misterio, todo símbolo, es la propia realidad en

tanto que símbolo, vehículo de una energía que abre un espacio en la conciencia, energía e Idea que el símbolo contiene, emana y es en cuanto tal, la que genera el significado a la inteligencia o universaliza el significado primeramente comprendido, que lo manifiesta como universal–trascendente, vinculando así lo visible y lo invisible, promoviendo que la unidad trascienda las limitaciones del espacio mental, y se dirija a la integridad del ser, reconstituyendo un presente en el que las cosas son por plenitud significativa, a las cuales la Gloria divina (Hod) articula como realidad jerarquizada haciéndolas inteligibles en un acto único (Yesod) que es expresión de la Belleza (Tifereth), de la relación de lo pequeño o de lo sin tamaño con el Principio, tanto directamente como en el conjunto o ciclo al que pertenece o que conforma por su propia expansión, o expresión; todo lo cual no es por otra parte sino el propio natural de las cosas, pero no como lo que hoy se considera como 'natural', sino la Naturaleza como soporte y expresión de lo Sobrenatural, o la Física, en tanto que manifestación de la Metafísica.

Jose Manuel Rio . ACERCAMIENTO A LA CABALA: Sobre el Arbol de la Vida Sefirótico .

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